Sobre el áisberg

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¿Por qué se llama El áisberg? Me encantaría decir que esta referencia fonética es de mi autoría, sin embargo la leí hace algún tiempo en un poema de José Emilio Pacheco:

Horseshoe Fall

El agua está cayendo desde la eternidad.
Grandes aguas, masas que no se amasan, estampida
de millones de gotas como bisontes, tonel sin fondo
que reviente de cólera
-aunque tal vez esté ya resignado,
ya sepa que es perfecto e incomparable.

Lo contemplamos
desde todos los ángulos:
a la distancia,
por encima y abajo,
en pasadizos,
tallados como el mismo cañón,
en la roca viva.

Pero no estamos a su altura. Sus ojos
no nos permiten verlo.
Sólo espuma,
sólo estruendo y espuma y una helada
salpicadura,
con el frío
del áisberg infinito que llena el cielo, los espacios eternos, la noche cósmica
que al deshelarse engendra a la catarata.

***
Islas a la deriva: Poemas, 1973-1975

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